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Complejidad y salud en el siglo XXI

Complejidad y salud en el siglo XXI

 

…..Planeaba ya Descartes en su discurso del método “Empecemos con los sistemas mas simples
y de mas fácil discernimiento para ascender después  gradualmente a la comprensión de los más complejos……

Edgar Morin.1

RESUMEN

La ciencia y la producción de saber científico están cambiando y esto muestra que la crisis de identidad de la ciencia contemporánea es una crisis de crecimiento de la que está surgiendo un modo nuevo de producción de conocimiento y tecnología. El nuevo saber es una tendencia hacia la superación de las barreras disciplinarias y el establecimiento de un cuadro del mundo nuevo, que reconozca su diversidad y complejidad intrínsecas. El pensamiento  de la complejidad no niega el desarrollo alcanzado por el pensamiento simplificador prevalente en las ciencias. La humanidad se enfrenta actualmente  a las consecuencias del daño a la naturaleza ocasionado por el hombre y el consecuente emerger y reemerger de problemas  que afectan al mundo entero, como resultado de movimientos  caóticos donde coexisten a la vez el orden/desorden, lo normal/lo patológico, endemia/pandemia/epidemia; emergen nuevas especies de patógenos bacterianos y virales como consecuencia de cambios ecológicos del medio ambiente, se incrementa la inestabilidad, la pobreza, el agotamiento de recursos naturales y el temor a desaparecer como especie  y como planeta. En Cuba, el pensamiento de la complejidad, se ha dado a conocer desde la cátedra de la Complejidad del Instituto de Filosofía de la Academia de Ciencias; desde la salud, trabajan  diferentes grupos a lo largo y ancho del país. Se pretende llevar a los lectores a reflexionar  en la nueva forma de pensar que brindan estas nuevas teorías, útil para el estudio de cualquier problema de salud que afecte a los seres humanos  en el mundo de hoy.

Palabras clave: Teoría de la complejidad, ciencia y complejidad, complejidad y salud.

INTRODUCCIÓN

Innumerables instituciones y artículos  publicados en revistas de conocido prestigio internacional documentan exhaustivamente  el desarrollo alcanzado por las Ciencias  Médicas durante el pasado siglo, tanto  en la educación, como en la investigación, la práctica técnica y profesional y el control de numerosas enfermedades.


La revolución científico- técnica,  que se inició a finales del siglo XIX y alcanzó en el siglo XX su máximo esplendor, se extendió a  todas las ramas del saber humano, lo que favoreció que la medicina se nutriera de importantes progresos tecnológicos que permitieron  un salto cuanti-cualitativo en la capacidad de  diagnóstico y  tratamiento de las enfermedades. Surge y se desarrolla un  nueva industria: la industria médico-farmacéutica, que emergió con poder económico insospechable. Similares resultados  ha obtenido la  información médica, gracias al desarrollo de  la informática y  de los medios de comunicación virtual. Debido a esto, a partir de los años 80 las Ciencias M édicas reciben una avalancha de instrumentos,  equipos, técnicas y medios, cada vez más complicados, con el consecuente incremento provechoso en la precisión en el diagnóstico y  tratamiento de las enfermedades, sin embargo, la medicalización y  la instrumentación excesiva,  distancian y  automatizan la relación médico-paciente y amenazan con destruir valores éticos y morales, pilares de  esta profesión desde Hipócrates, a pesar del rescate de estos valores hecho por  la bioética,  después de los horrores cometidos por el fascismo en  la segunda guerra mundial, y que constituyen una barrera en el propósito de duplicar hombres  como ovejas “Dolly” y automatizar el cuerpo  humano. Existe, además,  tal velocidad en el cambio de tecnologías, que los usuarios no lo pueden asimilar, especialmente el mundo no desarrollado, con la consecuente dificultad  de adquirir sólo partes o su totalidad y por tanto,  se pone en peligro la disponibilidad de  tecnologías de última generación.

El escenario internacional,  donde estos progresos tecnológicos y científicos se están produciendo no deja de ser fluctuante y sombrío. El mundo después de la posguerra quedó fraccionado, bipolar. Al  derrumbarse el campo socialista, emerge como poder hegemónico, unipolar,  el  imperialismo en fase decadente. Las Naciones Unidas no existen y sólo son la utopía de un sueño no alcanzado. Los pueblos menos favorecidos económicamente, abandonados a su propio destino,  sufren de explotación y del despojo de sus riquezas naturales. Ningún poder mundial logra detener las guerras de exterminio. El capitalismo ingenuo se convirtió en imperialismo deshumanizante.  Las desigualdades e iniquidades sociales generan formas de vida desigual e iniquitativas. Las guerras, la incontrolada explotación de los recursos naturales, la experimentación  con armas químicas, biológicas y nucleares; la desertificación, los cambios climatológicos y de la biosfera, los  terremotos, tsunamis, aludes, huracanes de gran poder, propician la aparición de nuevos virus y bacterias resistentes al control y a tratamientos convencionales. Se dispersan  nuevas y terribles enfermedades: la miseria, el hambre y la destrucción, se extienden amenazadoras,  por todo el planeta.


En este contexto, el  saber que proporcionan las llamadas  “teorías de la  complejidad” puede arrojar alguna luz sobre la comprensión y análisis de estos problemas. Desde este punto de vista,  estas nuevas teorías podrían cambiar profundamente la visión de las ciencias y finalmente la visión actual del universo.

EL PAPEL HISTÓRICO DE LAS CIENCIAS

“Subsiste la nostalgia de que la Ciencia nos proporciona la verdad, verdad única, de la que podría después deducir el bien (individual, social, político…) pero eso no es nada más que una ilusión. Desde luego una nostalgia que explicara  todo, las cosas como son y también como deberían ser. Lo que los anglófonos llaman Naturalistic fallacy, esto es, el sofisma naturalista  que consiste en deducir  lo que debería ser de  lo que es. Lo que debería ser,  es en realidad fruto de nuestra imaginación  y de nuestro deseo, y no es en general deducible de lo que es. El conocimiento de lo que es nos permite apreciar las cortapisas  que ponen limites a nuestra imaginación, mas allá de los cuales en principio no se puede ir.”2

“Nuestra tradición intelectual  está marcada por dos grandes rupturas, dos auténticas revoluciones del pensamiento: una  de ellas es la nueva concepción del espacio, fruto de las investigaciones de Copérnico, Galileo y Newton, que reemplaza la noción de  un universo centrado en la tierra y la otra es el derrumbamiento de la visón antropocéntrica del mundo provocado  por las teorías de Darwin. Hoy día comenzamos a vislumbrar que los universos  que han abierto estas dos rupturas no eran idénticos y que tampoco el primero llevaba necesariamente al segundo.”3

Por otra parte, la Ciencia y la producción de saber científico están cambiando, y esto muestra que la crisis de identidad de la ciencia contemporánea, es una crisis de crecimiento de la que está surgiendo un modo nuevo de producción de conocimiento y tecnología. Lo posible en este camino es ya parcialmente realidad desde mediados del siglo XX y ha comenzado a rendir frutos materiales y epistemológicos.

El nuevo saber como unificación no consiste en la desaparición de las disciplinas ni en la creación de una ciencia única. Es una tendencia hacia la superación de las barreras disciplinarias, y el establecimiento de un cuadro del mundo nuevo, que reconozca su diversidad y complejidad intrínsecas.

El nuevo saber se expresa en la superación del reduccionismo como instrumento metodológico privilegiado en la ciencia disciplinaria, la búsqueda de un método de pensamiento nuevo; el avance hacia la comprensión de los objetos del mundo como sistemas o entidades complejas irreductibles, imposibles de ser agotadas; la superación de la idea del objeto dado, que paulatinamente está siendo sustituida por la noción de virtualidad del objeto de investigación; la tendencia a comprender de una manera nueva los “objetos” del mundo, y la naturaleza como totalidad; la comprensión de la artificialidad del mundo del hombre y sus construcciones cognitivas,  cuestionamiento de la división rígida entre ciencias naturales y sociales; la transdisciplinariedad e  interdisciplinariedad crecientes; la consideración de la subjetividad en el análisis de la objetividad científica y el planteo de los límites culturales de dicha objetividad (Delgado Díaz CJ. Hacia un nuevo saber: problemas del enriquecimiento moral del conocimiento humano. Palacio de las Convenciones, La Habana, 8 al 11 de enero de 2002).

Hoy, al igual que en el pasado, han sido nuevamente las ciencias exactas las que han introducido elementos originales, marcando la pauta sobre el significado del conocimiento. En efecto, se debe a un conjunto de físicos, biólogos, matemáticos, y otros, el haber reintroducido con elementos novedosos la cuestión epistemológica como itinerario fundamental de cualquier búsqueda científica. Sin asomo de dudas, estos científicos han propiciado una autentica revolución copernicana que modifica de raíz los presupuestos largamente asumidos sobre la naturaleza y los alcances del conocimiento científico.4

 

CIENCIA Y COMPLEJIDAD

Aunque las teorías que originan el pensamiento complejo tienen diversas fuentes de origen y presupuestos científicos, se caracterizan  por  coincidir en lo siguiente:

  • Establecen una clara ruptura con el pensamiento simplificador y lineal  que predominó en las ciencias desde su surgimiento (Descartes, Galileo, Newton, Leibniz) hasta el momento actual.
  • No niegan el valor del pensamiento científico anterior sino que los integran y superan.
  • Reconocen que el conocimiento es limitado, que sus límites son en ocasiones difusos e imprecisos y que no pueden ser atrapados por el lente humano, por lo que la realidad es impredecible.
  • Que la materia se autoorganiza, que coexisten en ella el orden y el desorden a la vez y  que los movimientos no se producen  en línea recta sino en forma de turbulencias, bucles,  torbellinos, de donde  emergen estructuras nuevas, superiores, diferentes a las que le dieron origen. Que se producen momentos de  avances y retrocesos.
  • Que  el principio de la autosimilaridad está presente en los fenómenos complejos,  ya que la parte está en el todo y el todo está en las partes.
  • Que los fenómenos complejos son altamente sensibles a pequeñas variaciones en sus condiciones iniciales, de modo que pequeños cambios en estas condiciones,  pueden acarrear grandes transformaciones.

Edgar Morin identifica tres teorías,  surgidas en los años 40 del siglo xx, que han sido básicas para el surgimiento de la teoría de la complejidad: la información, la cibernética y la teoría de sistemas. La teoría de la información permite  entrar en un universo donde  a la vez hay redundancia (orden) y ruido (desorden). La cibernética es una teoría de las maquinas autónomas, la idea de la retroacción (feed back) que introduce Norbert Weiner, rompe con el principio de la causalidad lineal, al introducir la curva de causalidad. La causa actúa sobre el efecto y el efecto actúa sobre la causa y por último, la teoría de sistemas, con su primera lección, “el todo es más que la suma de las partes”, pero por otra parte, “el todo es menos que la suma de las partes”, pues estas pueden tener cualidades inhibidas por la organización del conjunto.1

Surgen además nuevos conceptos: el de autoorganización, inspiradas por Von Neuman y su teoría de los autómatas autoorganizadores, mientras que Von Foerster aporta  la noción del orden a partir del ruido, el orden a partir del desorden y Atlan la teoría de azar organizador, relación dialógica presente en todos los sistemas. Prigogine es quien finalmente demuestra con la segunda ley de la termodinámica, que existe la física de los procesos de no equilibrio de los sistemas no lineales y de los procesos disipativos caracterizados por un tiempo unidireccional, o sea no reversible. Es lo que Edgar Morin llama “autoeco-organización.”

Como antecedente al surgimiento de las teorías que fundamentan la ciencia de la complejidad, se menciona que en 1927 Werner Karl Heisenberg (1901-1976) físico y Premio Nóbel alemán, desarrolló un sistema de mecánica cuántica cuya indeterminación o principio de incertidumbre ha ejercido una profunda influencia en la física y en la filosofía del siglo xx.5,6


La mejor estudiada y más conocida de las teorías científicas de la complejidad es la teoría del caos. Se debe al descubrimiento realizado por el  físico Edward Lorenz, quien actuando como  meteorólogo del Massachussets Institut of Technology (MIT), descubre el efecto que tienen las pequeñas diferencias iniciales “efecto mariposa” sobre la situación climatológica.7

También forma parte de estas teorías científicas, el descubrimiento realizado de la llamada geometría fractal,  realizado en 1975 por el ingeniero francés Benoit Mandelbrot,  con aportes  fundamentales a la teoría de la complejidad.


Otra teoría que fundamenta la ciencia de la complejidad es la denominada teoría de los conjuntos borrosos, elaborada por Lofti A. Zadeh (1965), un ingeniero iraní que trata de formalizar en un modelo lógico y matemático lo impreciso, lo difuminado, lo indeterminado, lo difuso….


También se incluye la  teoría de las catástrofes  presentada a comienzos de los años 70 por el matemático René Thom (1972) que  describe sobre una base topológica pero también filosófica, los cambios “repentinos” que ocurren en un sistema sin perjuicio de su estabilidad o continuidad, expresado con otras palabras, que el sistema consigue mantenerse gracias a una maniobra de subsistencia. 

LOS TRES  PRINCIPIOS: EL  DIALÓGICO, EL DE LA RECURSIVIDAD Y EL HOLOGRAMÁTICO

El principio dialógico vincula dos nociones antagónicas, que deberían repelerse pero son parte de una realidad inseparable, ejemplo de ello: salud/enfermedad.

El principio de la recursividad, es más que la simple retroalimentación, supera la curva de regulación con una noción generadora y autoorganizante, productos y efectos son a su vez causantes de lo que lo producen: los seres humanos  somos causa y consecuencia de la reproducción de la especie humana.

Por último, el tercer principio u hologramático, pone de manifiesto, la aparente paradoja de ciertos sistemas donde no sólo la parte está en el todo,  sino que el todo está en la parte: la totalidad del patrimonio genético está presente en cada célula, al igual que  el individuo es una parte  de la sociedad.

El pensamiento complejo es esencialmente  el pensamiento que integra la incertidumbre y que es capaz de concebir la autoorganización, capaz de reunir, contextualizar, globalizar, pero reconociendo lo singular y lo concreto.1

COMPLEJIDAD Y SALUD EN EL SIGLO XXI

Para las ciencias en general, y la salud en particular, las teorías de  la  complejidad tienen un efecto demoledor  sobre el reduccionismo científico. Una de las virtudes,  que  tienen estas nuevas teorías es su capacidad de integrar, de unir y al mismo tiempo de respetar la diversidad; otra es reconocer que el conocimiento científico tiene límites y que los fenómenos no son predecibles aunque si  prevenibles. Un axioma de la complejidad es la imposibilidad de alcanzar nuevos conocimientos de forma fraccionada, por lo que las disciplinas científicas, en lo adelante deben trabajar de forma transdisciplinar, es decir estudiar un problema conjuntamente, desde varias ciencias  relacionadas y desde cada una de ellas por separado y de la misma forma tomar medidas para  evitarlo  y/o solucionarlo.

El pensamiento  de la complejidad no niega el desarrollo alcanzado por el pensamiento simplificador prevalente en las ciencias. Sólo que la humanidad, se enfrenta actualmente  a las consecuencias del daño a la naturaleza ocasionado por el Hombre  al utilizar incontroladamente el acervo científico de la humanidad  y el consecuente emerger y reemerger de problemas  que no sólo tributan a una parte de la humanidad, sino que se globalizan y afectan al mundo entero, como resultados de  movimientos  caóticos, donde coexisten a la vez el orden/desorden, lo normal/lo patológico, endemia/pandemia/epidemia, emergen nuevas especies de patógenos bacterianos y virales como consecuencia de cambios ecológicos importantes del medio ambiente y se incrementa la inestabilidad, la inseguridad, la pobreza, el agotamiento de recursos naturales y el temor a desaparecer como especie  y como planeta.

Estas transformaciones, no pueden ser explicadas ni resueltas científicamente, de forma holística,  si prevalece el  pensamiento dividido, fraccionado, entre los componentes científicos, políticos, económicos, culturales, religiosos y sociales en general. Tampoco pueden ser resueltos complejos problemas científicos, teóricos y prácticos del mundo de hoy sin la participación transdisciplinar de las disciplinas  científicas. La integración del arte, la cultura, la política, las ciencias,  lo tradicional, religioso y popular debe dejar de ser una utopía y convertirse en una realidad cotidiana.

Las teorías de la complejidad y el pensamiento complejo armonizan con el pensamiento materialista dialéctico al  vislumbrar soluciones científicas, humanas y contextualizantes a los nuevos  problemas sociales, naturales, biológicos y otros que enfrenta la humanidad,   abren un nuevo camino explicativo a  formas de pensamiento  causal, hasta ahora no concebidas por teorías anteriores.

En salud se han producido diversas formas de aplicaciones para las teorías de la complejidad, lamentablemente, no todas son conocidas, otras están  surgiendo ahora. Una búsqueda en Internet, proporciona algunas pistas e informaciones. A continuación se señalan algunas de las localizadas:

  • La Epidemiología Crítica y la nueva Epidemiología Social, aportan conceptos y propuestas teóricas basados en la teoría de la complejidad.
  • En el terreno de la salud, la teoría de la complejidad ha sido útil para investigar el pronóstico de algunas epidemias, utilizando además de los métodos de cálculos convencionales, el concepto de “espectro de potencia”, lográndose identificar atractores extraños en la epidemia.8
  • Shaffner y Kot aplicaron un método de reconstrucción de atractores al estudio de enfermedades epidémicas como varicelas, sarampión y parotiditis, para ello utilizaron datos obtenidos en años en que no existía una vacunación masiva.9

El Dr. José Félix Patiño, MD., FACS (Honduras), expresidente de la Federación Latinoamericana de Cirugía (FELAC) en una publicación que titula  “Oncología, caos, sistemas complejos adaptativos y estructuras disipativas” expresa:

Propongo mirar el cáncer más allá de la ciencia natural, a la luz de la teoría del caos y de la ciencia de la complejidad, como un fenómeno aleatorio en un organismo complejo adaptativo de no-equilibrio. Así concebido, el cáncer de por sí es una estructura disipativa, muy alejada del equilibrio, un nuevo estado de la materia que depende de flujos continuos de energía y recursos provenientes del huésped, o sea del organismo humano sobre el cual se conformó, pero que exhibe una tendencia hacia el crecimiento continuo e ilimitado. Una manera de controlarlo sería induciendo su equilibrio químico y térmico, o sea deteniendo sus procesos de autoorganización y perpetuación, puesto que las estructuras disipativas en equilibrio son organismos muertos.10

Diferentes  autores estudian y  publican acerca de la complejidad relacionada con temas de salud:

  • Ciencias biomédicas y complejidad

La ciencia no lineal está teniendo cada día un mayor impacto en las ciencias biomédicas. De tal modo que su influencia comienza a ser notable en una nueva visión de los seres vivos, así como de la enfermedad. Una apuesta en esta dirección la aporta el libro Self-Organized Biological Dynamics and Nonlinear Control. Toward Understanding Complexity, Chaos and Emergent Function in Living Systems, editado por Jan Walleczek de Stanford University y que publica Cambridge University Press. Contiene contribuciones de 18 conocidos especialistas en la materia, y se trata de un intento de introducir las ideas fundamentales de una amplia gama de conceptos interdisciplinarios de dinámica no lineal, tales como la autoorganización, complejidad, coherencia, resonancia estocástica, fractales y caos, a las ciencias biomédicas.11

  • Dinámica no lineal y biología de sistemas

El Center for Nonlinear Dynamics in Physiology and Medicine de la Universidad McGill de Montreal organiza una escuela sobre Systems Biology Dynamics: from genes to organisms. Entre los temas que se tratan se encuentran la dinámica no lineal y la teoría del caos, sistemas estocásticos, ecuaciones diferenciales con retardo, autómatas celulares. Entre las aplicaciones: redes de expresión genética, propagación de señales neurales, chips de ADN, dinámica cardiaca, control neuronal y hematología.12

Seria interminable citar la totalidad de páginas que abordan la complejidad y la salud en Internet, lo que expresa el interés y la relevancia que ha adquirido el tema en el mundo de hoy.

En Cuba, el pensamiento de la complejidad, se ha dado a conocer desde la cátedra de la Complejidad del Instituto de Filosofía a través de cursos, talleres nacionales, simposios internacionales y diplomados. Este conocimiento  se ha ido enriqueciendo con la participación de numerosos sectores de diversas ramas del arte, la cultura, las ciencias naturales y sociales de la población cubana, en todo el país, con la participación personal de importantes figuras de la cultura y de ciencia internacional como son Isabel Stengers, Edgar Morin, Fritjof Capra, Frederic Munné,  Richard Levins,  entre muchos.

Desde la salud, están trabajando diversos grupos a lo largo y ancho del país, por lo que es de esperar que próximamente se comience a obtener resultados transformadores en el quehacer médico y salubrista con enfoque complejo. En la provincia de Camagüey, por mencionar un ejemplo, ha culminado recientemente el “II Taller Transdisciplinar sobre el  Enfoque de la Complejidad” convocado por la cátedra  de Complejidad de la Universidad de Camagüey y el  Centro de Medicina y Complejidad del Instituto Superior de Ciencias Médicas “Carlos J. Finlay” de la propia ciudad, en este evento se presentaron numerosos trabajos locales  y foráneos donde se abordó el tema de la complejidad en salud y en otras ramas del saber.13-22 Recientemente acaba de concluir el primer diplomado de Pensamiento Complejo  ofertado por el Instituto  de Filosofía  y se acaba de crear la red de complejidad y salud de la cátedra de Complejidad perteneciente al  Instituto de Filosofía de la Academia de Ciencias de Cuba.

Aun no tenemos idea del alcance que tendrá esta teoría en el pensamiento científico y en el quehacer de las ciencias relacionadas con la salud. A la Epidemiología cubana,  como ciencia básica de la salud publica, le corresponde jugar un papel orientador con respecto al uso y aplicaciones de la teoría de la complejidad en este campo.23

CONSIDERACIONES FINALES

Reflexionar en la nueva forma de pensar que brinda el pensamiento complejo para el estudio de los problemas de salud en el mundo de hoy, es una necesidad y un desafío.  Existen numerosos problemas que  se han enfrentado desde la perspectiva del pensamiento lineal, simplificándolos, reduciendo el todo a las partes, despreciando el valor que tienen las pequeñas variaciones de  las condiciones iniciales en todo sistema abierto.  Los resultados pueden haber sido aproximaciones más o menos acertadas, pero también se ha cometido importantes errores.

Para cualquier análisis ulterior, debe tenerse en cuenta,   que  estas teorías, permiten repensar en lo ya conocido desde nuevas perspectivas,  o buscar explicaciones a problemas científicos  no conocidos o de conocimiento incompleto o no satisfactorio. Muchas son las preguntas para las que aún no se tienen respuestas, pero ya existen respuestas para algunos de los problemas que antes se ignoraban. Científicos e intelectuales en todo el mundo buscan incansablemente las rutas que permitan apropiarse de esas realidades desconocidas. De otras, ni siquiera se ha llegado a percibir  su existencia. Siempre se obtendrán resultados a tantos esfuerzos mancomunados, por lo que pensar en la complejidad y la forma de aprehenderla desde cada ciencia particular y transdisciplinar,  es un reto al cual no se debe renunciar.

Summary

Complexity and healthcare in the 21st century

Science and production of scientific knowledge are changing, which shows that the identity crisis of the contemporary science is a crisis in development from which a new mode of production of knowledge and technology emerges. The new knowledge is a tendency towards overcoming barriers among disciplines and setting up the picture of a new world that recognizes intrinsic diversity and complexity. The complexity thought does not deny the development reached by the simplifying thinking that prevail in sciences. The mankind faces at present the consequences of man-caused damage, and the resulting emergence and re-emergence of problems affecting the whole world, as a result of chaotic movements where order/disorder, normality/pathology; endemics/pandemics/epidemics coexist; new bacterial and viral pathogenic species emerge due to environmental changes; instability, poverty, depletion of natural resources and fear to dissapearance of the species and the planet as such are on the rise. In Cuba, the Complexity Chair of the Philosophy Institute of the Academy of Sciences has made the thought of complexity known whereas in the field of healthcare, different groups are working on this issue throughout the country. This paper intends that readers make reflections on the new way of thinking offered by these novel theories, which are really useful for studying any health problem that may have an impact on the today´s world population.

Key words: Theory of complexity, science and complexity, complexity and health.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 

  1. Morin E. Por una Reforma del Pensamiento. Revista Correos de la UNESCO; 1996:10-4.
  2. Atlan H. Leccion de Ciencias. Revista Correos de la UNESCO;1996:4-7.
  3. Bocchi G, Ceruti M. La desaparición de los Dinosurios o las sorpresas de la Historia Natural. Revista Correos de la UNESCO;1996:26-30.
  4. Von Foerster H. Por una nueva Epistemología. Metapolíticas. 2000;2(8):627-9.
  5. Enciclopedia Encarta. Heisenberg WC [serie en Internet]. [citado 15 Ene 2004]. Disponible en: http://encarta.msn.com/encnet/refpages/SRPage.aspx?search=Heisenberg%2BWC&Submit2=Go
  6. Dios no juega a los dados [serie en Internet]. [citado10 Feb 2002]. Disponible en: http://sites.netscape.net/alvarocardenaz/caos/caos4/html
  7. Munné F. Las teorías de la complejidad y sus implicaciones en las ciencias del comportamiento. Rev Interamer Psicol. 1995;29 (1):1-12.( Universidad de Barcelona).
  8. Stewart I. ¿Juega Dios a los Dados? En: Colección Drakontas, editores. El desequilibrio de la naturaleza. Barcelona: Editorial Crítica;1998.p.300-4.
  9. Pichín Quesada M de J, Fariñas Salas AO, Miyares Quintana SM. Los sistemas vivos y las ciencias de las complejidades. Relación entre soma y red biológica [serie en Internet]. [citado 10 Oct 2006]. Disponible en: http://bvs.sld.cu/revistas/san/vol8_3_04/san07304.htm
  10. Patiño JF. Oncología, caos, sistemas complejos adaptativos y estructuras disipativas. Boletín Informativo de la Federación Latino Americana de Cirugía. 2002;7(1) (Bogotá).
  11. Self-Organized Biological Dynamics and Nonlinear Control. Toward Understanding Complexity, Chaos and Emergent Function in Living Systems. Stanford University. .Jan Walleczek, editor [serie en Intenet]. [citado 10 Oct 2006]. Disponible en: http://www.cambridge.org/uk/catalogue/catalogue.asp?isbn=0521026075 (ISBN-13: 9780521026079 | ISBN-10: 0521026075)
  12. McGill University, Montreal. Summer School about Systems Biology Dynamics from Genes to Organisms, May 23-June 2, 2006, organized by Centre for Nonlinear Dynamics in Physiology and Medicine [serie en Internet]. [citado 10 Oct 2006]. Disponible en: http://www.cnd.mcgill.ca/summer/index.html
  13. Ortiz Hernández E. El enfoque transdisciplinar de la complejidad en las ciencias biomédicas. Necesidad de cambio de paradigma [serie en Internet].   [citado 12 Mar 2007]. Disponible en: http://www.complejidad-camaguey.org/
  14. Pérez Díaz M. Enfoque transdisciplinar en la Carrera de Ingeniería Biomédica [serie en Internet]. [citado 12 Mar 2007]. Disponible en: http://www.complejidad-camaguey.org/
  15. Arredondo Bruce A. Endoscopia virtual: enfoque transdisciplinar [serie en Internet]. [citado 12 Mar 2007]. Disponible en: http://www.complejidad-camaguey.org/
  16. Acosta Fernández RM. El enfoque de la complejidad en el estudio del organismo humano en el ciclo básico de la carrera de Medicina [serie en Internet]. [citado 12 Mar 2007]. Disponible en:  http://www.complejidad-camaguey.org/
  17. Clavería Sánchez A. Pensamiento complejo para analizar la respuesta inmune específica del organismo humano [serie en Internet]. [citado 12 Mar 2007]. Disponible en:   http://www.complejidad-camaguey.org/
  18. Abreu Orlando A. Patogenenia de E. coli uropatógena y defensa del hospedero desde el enfoque de la complejidad [serie en Internet]. [citado 12 Mar 2007]. Disponible en: http://www.complejidad-camaguey.org/
  19. Lapinet Suarez del Villar A. Bases neurofisiológicas del comportamiento complejo en psicoterapia [serie en Internet]. [citado 12 Mar 2007]. Disponible en:  http://www.complejidad-camaguey.org/
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  21. Aplicación de la Lógica Borrosa en el diagnóstico de la ansiedad a través del Test IDARE  [serie en Internet]. [citado 12 Mar 2007]. Disponible en:  http://www.complejidad-camaguey.org/
  22. Arango Valderá R. Enfoque complejo de la Situación de Crisis [serie en Internet]. [citado 12 Mar 2007]. Disponible en:  http://www.complejidad-camaguey.org/
  23. Ramis Andalia RM. La causalidad compleja: un nuevo paradigma causal en Epidemiología. Rev Cubana Salud Pública. 2004;30(3).

Recibido: 24 de octubre de 2006. Aprobado: 16 de abril de 2007.
Rina M. Ramis Andalia. Escuela Nacional de Salud Pública. Calle I No. 202 e/11 y Línea. El Vedado. La Habana 10400, Cuba.
e-mail: rina.ramis@infomed.sld.cu

Rina M. Ramis Andalia

 

Escuela Nacional de Salud Pública

 

 

La interface entre la fenomenología y el cuidado de enfermería

La interface entre la fenomenología y el cuidado de enfermería

 

RESUMEN

La propuesta de este estudio es reflexionar sobre la importancia de la fenomenología en el área de la enfermería, enfocándola como posibilidad de abrir espacios para pensar el cuidado, fundamentando en la comprensión existencial del hombre, contemplando la dimensión humana más allá de la perspectiva técnico-científica. De ese modo, los autores discuten las tendencias de la enfermería, enfatizando el cuidado desde un enfoque fenomenológico.

Palabras clave: Enfermería, Fenomenología, Cuidados, Cultura.

ABSTRACT

This study aims to reflect on the importance of phenomenology in the nursing area, as a possibility of opening up spaces to think about care based on the existential understanding of man, contemplating the human dimension beyond the technical-scientific perspective. Thus, the authors discuss nursing’s tendency, focusing on care from a phenomenological approach.

 

Key words: Nursing. Phenomenology. Care. Cultura.

 

Introducción

Somos enfermeros desde hace más de veinte años y nuestra formación estuvo volcada más hacia la enfermedad, la patología y cuando mucho para el enfermo, buscando interpretarlo a la luz de los modelos teóricos, construidos de acuerdo a nuestro mundo. En nuestro pregrado en Enfermería, tuvimos contacto con disciplinas del área básica incluyendo las biológicas y las humanas, conocimientos necesarios para subsidiar la formación básica, constituida por las disciplinas: área de enfermería fundamental, médica, quirúrgica, pediatría, ginecología, obstetricia, salud mental y administración aplicada a la enfermería.

Frente a esta enseñanza fragmentada, compartida por la propia “división” del conocimiento, podemos decir que nuestra formación, en cuanto enfermeros, estuvo pautada en el modelo de las ciencias naturales positivista, enfocando la condición biológica del ser humano y los procedimientos técnicos volcados hacia la práctica de la enfermería.

Este modelo perduró algún tiempo en nuestra vida profesional. El cuidado estuvo enfocado como una actividad de enfermería dirigida a las patologías terapéuticas y técnicas de enfermería, distanciándonos de la dimensión del siendo con el otro y aproximándonos más al “hacer técnico”, en la adquisición de un conocimiento orientado a las ciencias biológicas, incluyendo las terapéuticas y tecnologías quirúrgicas, en detrimento de las ciencias humanas.

En el decorrer de nuestra experiencia profesional, percibimos que la enfermería también abarca otras perspectivas, siendo una de ellas la de estar siendo con el otro, o sea, comprender a la persona en su situación de estar enfermo, en su dimensión humana. En 1987 tuvimos la oportunidad de cursar seminarios sobre Metodología de la Investigación con enfoque fenomenológico, mirando hacia un nuevo horizonte en relación al cuidar, adquiriendo desde entonces una nueva percepción del modo de ser enfermero.

En la década del 90 nos vinculamos al Programa de Post Grado por medio de cursos, lecturas específicas y Grupos de Estudio y así nos fuimos aproximando a las premisas teóricas y filosóficas de la fenomenología, lo que hizo posible elaborar nuestra tesis de doctorado y a partir de ahí crear nuevos espacios de investigación en esa vertiente. Al pensar en enfermería a la luz de la fenomenología el enfermero puede mirar sus cuestionamientos, sus sentidos, sus conductas, e interpretar al mundo del cuidado desde otra óptica, dado por nuestro modo de ser mismo y el modo de ser de las personas que se encuentran enfermas.

 

El pensamiento fenomenológico y la enfermería

En la década del 70, en el Brasil, surge un abordaje de investigación cuya característica la diferencia de los estudios realizados hasta entonces. Se trata de una investigación que se aproxima a la metodología cualitativa que, en su naturaleza holística, descriptiva y basada en significaciones, enfatiza la importancia de conocer, entender e interpretar las significaciones y eventos, sin considerar el tiempo en que ocurren, sea en el pasado o en el presente. Su práctica favorece la profundización del significado de las creencias y valores, vivenciados por las personas en su existir.

Mediante un estudio bibliográfico acerca de las investigaciones de enfermería en Brasil que se aproximan a la fenomenología se constató que la década del 80 marcó el inicio de la producción en enfermería con bases fenomenológicas. En los años 90, hubo un interés creciente por la aplicación de esta metodología en las investigaciones realizadas por los enfermeros. Esta ciencia aplicada ha buscado la comprensión del significado de las experiencias relativas al proceso salud-enfermedad, vivida en las diversas fases del ciclo vital, tanto en el ámbito de la atención hospitalaria, de consulta externa, comunitaria, como en el del contexto familiar.1

El movimiento fenomenológico nació como reacción al positivismo que consideraba válido apenas al fenómeno empíricamente investigado y medido, en cuanto que la fenomenología objetiva la investigación directa y la descripción de fenómenos que son vivenciados por la conciencia, sin teorías sobre la explicación causal y libre, en lo posible, de prejuicios.2 La fenomenología se reporta a los modos interminables del ser articulándose al ámbito de la existencia. No se trata de una teoría, es una actitud, una postura, un modo de comprender el mundo.3 La actitud fenomenológica nos invita a dejar que las cosas aparezcan con sus características propias, como ellas son, dejando que la esencia se manifieste en la conciencia del sujeto, con el objetivo de no transformar, no alterar la originalidad de los fenómenos.4

El método fenomenológico viene conquistando cada vez más el reconocimiento en las investigaciones cualitativas, principalmente en el área de la salud, con destaque en la enfermería. El referencial fenomenológico busca el significado de la experiencia vivida, contribuye a la búsqueda de la comprensión del hombre, sujeto del cuidado, y viene, por tanto, al encuentro de los propósitos de la enfermería.5,6 La fenomenología existencial y ontológica es un modo de conciencia, un modo de ser y de mirar, que asume el compromiso de reinterpretar todos los conocimientos como expresiones de nuestras experiencias – sentido del ser humano.

El pensar, esencialmente, no es construir teorías, buscar datos científicos y desarrollar técnicas de intervenciones en salud, y sí un acto fenomenológico. Es descubrir o redescubrir el sentido existencialmente en aquello que antes era considerado como teoría, concepto, cuantificaciones, definiciones, procedimientos pre-establecidos, relaciones de causa y efecto, hipótesis, conjeturas, entre otros. Pensar es fundar lo que se manifiesta fenomenológicamente buscando el sentido y esencia de la forma como se muestran.7

Los estudios han revelado que “el modo de cuidar” en la enfermería puede presentarse diferente a los ojos de quien cuida, del profesional de salud, y a los ojos de quien recibe el cuidado, el cliente/paciente o usuario. Conceptos como salud, enfermedad, cuidado, cura, tratamiento forman parte de una inteligencia o de una razón que procede abstractamente en relación a las condiciones existenciales, que pueden ser repensadas fenomenológicamente. Enfermedad y cuidado, en sus diversos aspectos pueden ser re-significados por el prisma de la fenomenología existencial y ser comprendidos fenomenológicamente en la perspectiva de quien vivencia estos fenómenos.

La enfermedad tal como es vivida por las personas presenta dos aspectos: uno de naturaleza estructural formal que permite entenderla tal como es ella, en ella misma, en cualquier espacio y tiempo; y otro de naturaleza material o de contenido, que expresa la situación existencial concreta del ser enfermo. Esta condición existencial aparece en su corporeidad, y también por medio del lenguaje, de su vida socio-económica y cultural y que se encuentra vinculada a la historicidad propia en el modo de ser de cada persona que se encuentra enferma.

 

Cuidar en una perspectiva fenomenológica

La tendencia actual y futura de la enfermería es la de considerar al hombre como un todo y nunca más de manera aislada, en partes. A partir de esta premisa surgieron otras modalidades del cuidar trayendo una nueva comprensión para la enfermería. Siendo así, se puede afirmar que ella se aproxima, concientemente o no, a las ciencias humanas y al modo de cuidar pautado en el camino fenomenológico. De ese modo, el fenómeno salud-enfermedad no puede ser más analizado aisladamente de la persona que, concretamente, está vivenciando tal fenómeno. Hay necesidad que el enfermero al cuidar contemple a la persona en su totalidad existencial, examinando la enfermedad tal como es vivida por el ser que adolece, contextualizando sus condiciones históricas, culturales y sociales en la que se inserta.

Los profesionales de enfermería al interactuar con la persona que se encuentra enferma, deben priorizar en sus acciones y valores respetando sus sentimientos y comprometiéndose con el bienestar de quien recibe el cuidado. Con eso pueden establecer una relación más auténtica, siendo con el otro, buscando nuevos significados a partir de lo que es vivenciado por la persona que se encuentra enferma. Dado que la enfermería involucra “gente que cuida de gente” y resalta la importancia de la intersubjetividad en las relaciones humanas, se aproxima a la fenomenología existencial representada por Martin Heidegger.

Heidegger enfatiza el cuidado como una condición existencial – un modo de ser en el mundo. El cuidar es fuente del propio Ser, de modo que la esencia del hombre es ser cuidador de sí. El sentido del cuidar inserta la manifestación del Ser como un modo de cuidar propio del existir, pues dando apertura para que el otro se transforme es que el hombre puede transformar el propio ser en búsqueda de su esencia.8 Al cuidar de una persona se deben propiciar condiciones para que ella se pueda manifestar como Ser. Ese modo de ser incluye que el cuidador posibilite a la persona apertura de su presencia a partir del propio ser.9 Con esa postura el cuidador amplía su mirada para ver las cosas del modo como ellas se muestran.

El Ser enfermero se devela en las vivencias del cuidar, que acreditamos se manifiesta en el cuidar de y cuidar con. Para Heidegger,9 es posible visualizar en lo mínimo dos maneras de cuidar, y naturalmente ambas presentan variaciones. La primera manera es entendida por nosotros como cuidar de, frecuentemente desarrollada cuando el enfermero tiene como referencial el modelo biomédico, y que significa hacer por la persona aquello para lo que ella está capacitada hacer, lo que puede involucrar manipulación aunque de forma sutil. Esa actitud denota un cuidar de como un no ser enfermero junto a la persona que se encuentra enferma. En la otra manera vemos cómo cuidar con, significa posibilitar a la persona asumir sus propios caminos, crecer, madurar, encontrarse consigo mismo. Tal actitud implica un ser auténtico como enfermero, que se devela en el cuidar con. Por medio de estas vivencias el ser enfermero junto con el Ser persona que se encuentra enfermo, pueden trascender los desafíos de ser con los otros en el mundo. De este modo la real existencia del ser enfermero sólo se expresa en el ser con la persona que se encuentra enferma, en la coexistencia para ser el vivir saludable con los otros y con el mundo.

Para Heidegger10 el ser humano es un ser en el mundo y vive indisociable de la existencia en su cotidiano, mediante los niveles de experiencias que abarcan a la conciencia, el modo de vivir en el mundo y el propio estado de cuidado del Ser. El hombre como sujeto en el mundo puede vivenciar la existencia como cuidado, manifestación y comprensión, y en esa experiencia puede trascender a las condiciones de la existencia cotidiana, develando el propio Ser como apertura a las posibilidades del mundo.

Aun, según el autor, el hombre además de existir para sí (conciencia de sí) también existe para los otros (conciencia de las conciencias de los otros), de ese modo su existencia es inseparable de la existencia de los otros - ambas se entrelazan. El hombre es responsable de las elecciones de su existir como un ser que experiencia el mundo. Todos esos aspectos subsidian el cuidado en la enfermería como un proceso inherente al proceso del cuidar y del existir.

 

Consideraciones finales

Reflexionar acerca del cuidar en la perspectiva fenomenológica nos hizo mirar hacia el cuidado en una condición existencial, aproximándonos a la comprensión del encuentro fenomenológico entre la persona que es cuidada y la que cuida.

Hoy nuestro modo de vivenciar la enfermería se encuentra pautada en la búsqueda de la comprensión del fenómeno, que nos muestra el sentido del cuidar en el mundo vivido del enfermero y la necesidad de que este profesional profundice sus conocimientos en las ciencias humanas. En esa perspectiva, la fenomenología nos ayudó a desarrollar una actitud interna a partir de una mayor comprensión sobre la existencia humana y también del ser enfermero.

Frente a nuestra trayectoria profesional tuvimos cambios de postura ante el cuidar fragmentado. Acreditamos que los profesionales de la enfermería tienen posibilidad de cuidar fenomenológicamente dando significado para sí mismos y para quien cuida a partir del mundo vivenciado. Al cuidar pueden experimentar situaciones únicas por medio de la intersubjetividad, estableciendo de esa manera una relación auténtica. Siendo así, abren condiciones para comprender al hombre en su totalidad existencial, en una determinada sociedad cuya historia se encuentra insertada en una cultura situada.

Para actuar de modo fenomenológico el enfermero debe valorar la subjetividad y la intersubjetividad. Esto implica que el acto de cuidar se presenta articulado a la relación interpersonal, o sea, agregando acciones de cuidado en enfermería, comprometiéndose con el otro.11

Cuidar es inseparable de la comprensión y como comprensión debe ser simétrica: oyendo al otro, oyéndonos a nosotros mismos, cuidando del otro y cuidando de nosotros mismos. El enfermero debe desarrollar habilidades para oír y responder a las expectativas de quien cuida considerando su individualidad. Por otro lado, es necesario considerar que el propio acto de confortar es inherente al proceso de cuidar, tiene valor para quien cuida y para quien es cuidado, debiendo ofrecer a ambos la oportunidad de crecimiento.

Todas las situaciones vividas por la enfermería: interés, dedicación, compromiso, respeto al prójimo, así como, distanciamiento, competencia, acomodación son posibles de ser analizados con un enfoque fenomenológico. En este sentido la aplicación de la fenomenología dependerá de acciones conjuntas y de intereses de los profesionales volcados al desarrollo del equipo como un todo. Esa condición ya es de por sí un gran desafío, principalmente porque el cuidar está insertado en la dimensión del existir en un mundo que al mismo tiempo es complejo y singular, visualizando que “los modos de cómo cuidar” no se agotan.

El enfermero no es un ser acabado y tiene mucho que aprender y desarrollar en varias áreas del conocimiento. Debe ejercitar la humildad, la tolerancia, la paciencia, la solidaridad, la disponibilidad, la reciprocidad, el coraje, la confianza, la responsabilidad, la acción-reflexión-acción y la ciudadanía, y así transformar su práctica con conciencia.

En el mundo de la enfermería todos nosotros como profesionales de la enfermería, tenemos mucho que develar acerca del cuidado, y debemos ampliar nuestros conocimientos día a día, para cada vez más aproximarnos al cuidado, cuidando del otro en todas las dimensiones del existir.

 

Bibliografía

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4. Capalbo C. Fenomenologia e ciências humanas. 3 ed. Londrina: Ed. UEL, 1996.        [ Links ]

5. Capalbo C. Abordando a enfermagem a partir da fenomenologia. Rev Enfermagem UERJ 1994; maio: 2(1): 70-6.        [ Links ]

6. Silva LF, Damasceno MMC, Moreira RVO. Contribuição dos estudos fenomenológicos para o cuidado de enfermagem. Rev Brás Enfermagem 2001; julho-setembro: 54 (3): 475-81.        [ Links ]

7. Merighi MAB. Trajetória profissional das enfermeiras obstétricas egressas da Escola de Enfermagem da Universidade de São Paulo: um enfoque da fenomenologia social. Rev Latino–Am Enfermagem 2002; setembro – outubro: 10 (5): 644-53.        [ Links ]

8. Fernandes MFP. Conflitos éticos da enfermeira: uma abordagem heideggeriana. (tese) São Paulo (SP): Escola de Enfermagem da USP; 1998.        [ Links ]

9. Heidegger M. Ser e tempo. Trad. de Márcia Cavalcanti. 2 ed. Petrópolis: Vozes; 1988. 1 v.        [ Links ]

10. Heidegger M. El ser y el tiempo. Trad. José Gaos. 3 ed. México/Madrid/Buenos Aires: F. Cultura Económica; 2000.        [ Links ]

11. Silva ARB. Convivendo com o câncer ginecológico avançado: em foco a mulher e seus familiares. (tese) São Paulo (SP): Escola de Enfermagem da USP; 2002.        [ Links ]

 

Genival Fernandes de Freitas1, Miriam Aparecida Barbosa Merighi2, Maria de Fátima Prado Fernandes3

 

 

 

 

La Barbarie del Especialismo

La Barbarie del Especialismo

La tesis era que la civilización del siglo XIX ha producido automáticamente el hombre-masa. Conviene no cerrar su exposición general sin analizar, en un caso particular, la mecánica de esa producción. De esta suerte, al concretarse, la tesis gana en fuerza persuasiva.

Esta civilización del siglo XIX, decía yo, puede resumirse en dos grandes dimensiones: democracia liberal y técnica. Tomemos ahora sólo la última. La técnica contemporánea nace de la copulación entre el capitalismo y la ciencia experimental. No toda técnica es científica. El que fabricó las hachas de sílex, en el período chelense, carecía de ciencia y, sin embargo, creó una técnica. La China Llegó a un alto grado de tecnicismo sin sospechar lo más mínimo la existencia de la física. Sólo la técnica moderna de Europa tiene una raíz científica, y de esa raíz le viene su carácter específico, la posibilidad de un ilimitado progreso. Las demás técnicas -mesopotámica, nilota, grieta, romana, oriental- se estiran hasta un punto de desarrollo que no pueden sobrepasar, y apenas lo tocan comienzan a retroceder en lamentable involución.

Esta maravillosa técnica occidental ha hecho posible la maravillosa proliferación de la casta europea. Recuérdese el dato de que tomó su vuelo este ensayo y que, como dije, encierra germinalmente todas estas meditaciones. Del siglo v a 1800, Europa no consigue tener una población mayor de 180 millones. De 1800 a 1914 asciende a más de 460 millones. El brinco es único en la historia humana. No cabe dudar de que la técnica -junto con la democracia liberal- ha engendrado al hombre-masa en el sentido cuantitativo de esta expresión. Pero estas páginas han intentado mostrar que también es responsable de la existencia del hombre-masa en el sentido cualitativo y peyorativo del término.

Por «masa» -prevenía yo al principio- no se entiende especialmente al obrero; no designa aquí una clase social, sino una clase o modo de ser hombre que se da hoy en todas las clases sociales, que por lo mismo representa a nuestro tiempo, sobre el cual predomina e impera. Ahora vamos a ver esto con sobrada evidencia.

¿Quién ejerce hoy el poder social? ¿quién impone la estructura de su espíritu en la época? Sin duda, la burguesía.

¿Quién, dentro de esa burguesía, es considerado como el grupo superior, como la aristocracia del presente? Sin duda, el técnico: ingeniero, médico, financiero, profesor, etcétera, etc. ¿Quién, dentro del grupo técnico, lo representa con mayor altitud y pureza? Sin duda, el hombre de ciencia. Si un personaje astral visitase a Europa, y con ánimo de juzgarla, le preguntase por qué tipo de hombre, entre los que la habitan, prefería ser juzgada, no hay duda de que Europa señalaría, complacida y segura de una sentencia favorable, a sus hombres de ciencia. Claro que el personaje astral no preguntaría por individuos excepcionales, sino que buscaría la regla, el tipo genérico «hombre ciencia», cima de la humanidad europea.

Pues bien: resulta que el hombre de ciencia actual es el prototipo del hombre-masa. Y no por casualidad, ni por defecto unipersonal de cada hombre de ciencia, sino porque la ciencia misma -raíz de la civilización- lo convierte automáticamente en hombre-masa; es decir, hace de él un primitivo, un bárbaro moderno.

La cosa es harto sabida: innumerables veces se ha hecho constar; pero sólo articulada en el organismo de este ensayo adquiere la plenitud de su sentido y la evidencia de su gravedad.

La ciencia experimental se inicia al finalizar el siglo XVI (Galileo), logra constituirse a fines del siglo XVII (Newton) y empieza a desarrollarse a mediados del XVIII. El desarrollo de algo es cosa distinta de su constitución y está sometido a condiciones diferentes. Así, la constitución de la física, nombre colectivo de la ciencia experimental, obligó a un esfuerzo de unificación. Tal fue la obra de Newton y demás hombres de su tiempo. Pero el desarrollo de la física inició una faena de carácter opuesto a la unificación. Para progresar, la ciencia necesitaba que los hombres de ciencia se especializasen. Los hombres de ciencia, no ella misma. La ciencia no es especialista. Ipso facto dejaría de ser verdadera. Ni siquiera la ciencia empírica, tomada en su integridad, es verdadera si se la separa de la matemática, de la lógica, de la filosofía. Pero el trabajo en ella sí tiene -irremisiblemente- que ser especializado.

Sería de gran interés, y mayor utilidad que la aparente a primera vista, hacer una historia de las ciencias físicas y biológicas mostrando el proceso de creciente especialización en la labor de los investigadores. Ella haría ver cómo, generación tras generación, el hombre de ciencia ha ido constriñéndose, recluyéndose, en un campo de ocupación intelectual cada vez más estrecho. Pero no es esto lo importante que esa historia nos enseñaría, sino más bien lo inverso: cómo en cada generación el científico, por tener que reducir su órbita de trabajo, iba progresivamente perdiendo contacto con las demás partes de la ciencia, con una interpretación integral del universo, que es lo único merecedor de los nombres de ciencia, cultura, civilización europea.

La especialización comienza precisamente en un tiempo que llama hombre civilizado al hombre «enciclopédico». El siglo XIX inicia sus destinos bajo la dirección de criaturas que viven enciclopédicamente, aunque su producción tenga ya un carácter de especialismo. En la generación subsiguiente, la ecuación se ha desplazado, y la especialidad empieza a desalojar dentro de cada hombre de ciencia a la cultura integral. Cuando en 1890 una tercera generación toma el mando intelectual de Europa, nos encontramos con un tipo de científico sin ejemplo en la historia. Es un hombre que, de todo lo que hay que saber para ser un personaje discreto, conoce sólo una ciencia determinada, y aun de esa ciencia sólo conoce bien la pequeña porción en que él es active investigador. Llega a proclamar como una virtud el no enterarse de cuanto quede fuera del angosto paisaje que especialmente cultiva, y llama dilettantismo a la curiosidad por el conjunto del saber.

El caso es que, recluido en la estrechez de su campo visual, consigue, en efecto, descubrir nuevos hechos y hacer avanzar su ciencia, que él apenas conoce, y con ella la enciclopedia del pensamiento, que concienzudamente desconoce. ¿Cómo ha sido y es posible cosa semejante? Porque conviene recalcar la extravagancia de este hecho innegable: la ciencia experimental ha progresado en buena parte merced al trabajo de hombres fabulosamente mediocres, y aun menos que mediocres. Es decir, que la ciencia moderna, raíz, y símbolo de la civilización actual, da acogida dentro de sí al hombre intelectualmente medio y le permite operar con buen éxito. La razón de ello está en lo que es, a la par, ventaja mayor y peligro máximo de la ciencia nueva y de toda civilización que ésta dirige y representa: la mecanización. Una buena parte de las cosas que hay que hacer en física o en biología es faena mecánica de pensamiento que puede ser ejecutada por cualquiera, o poco menos. Para los efectos de innumerables investigaciones es posible dividir la ciencia en pequeños segmentos, encerrarse en uno y desentenderse de los demás. La firmeza y exactitud de los métodos permiten esta transitoria y práctica desarticulación del saber. Se trabaja con uno de esos métodos como con una máquina, y ni siquiera es forzoso, para obtener abundantes resultados, poseer ideas rigorosas sobre el sentido y fundamento de ellos. Así, la mayor parte de los científicos empujan el progreso general de la ciencia encerrados en la celdilla de su laboratorio, como la abeja en la de su panal o como el pachón de asador en su cajón.

Pero esto crea una casta de hombres sobremanera extraños. El investigador que ha descubierto un nuevo hecho de ]a naturaleza tiene por fuerza que sentir una impresión de dominio y seguridad en su persona. Con cierta aparente justicia, se considerará como «un hombre que sabe». Y, en efecto, en él se da un pedazo de algo que junto con otros pedazos no existentes en él constituyen verdaderamente el saber. Esta es la situación íntima del especialista, que en los primeros años de este siglo ha llegado a su más frenética exageración. El especialista «sabe» muy bien su mínimo rincón de universo; pero ignora de raíz todo el resto.

He aquí un precioso ejemplar de este extraño hombre nuevo que he intentado, por una y otra de sus vertientes y haces, definir. He dicho que era una configuración humana sin par en toda la historia. El especialista nos sirve para concretar enérgicamente la especie y hacernos ver todo el radicalismo de su novedad. Porque antes los hombres podían dividirse, sencillamente, en sabios e ignorantes, en más o menos sabios y más o menos ignorantes. Pero el especialista no puede ser subsumido bajo ninguna de esas dos categorías. No es sabio, porque ignora formalmente cuanto no entra en su especialidad; pero tampoco es un ignorante, porque es «un hombre de ciencia» y conoce muy bien su porciúncula de universo. Habremos de decir que es un sabio-ignorante, cosa sobremanera grave, pues significa que es un señor el cual se comportará en todas las cuestiones que ignora no como un ignorante, sino con toda la petulancia de quien en su cuestión especial es un sabio.

Y, en efecto, este es el comportamiento del especialista. En política, en arte, en los usos sociales, en las otras ciencias tomará posiciones de primitivo, de ignorantísimo; pero las tomará con energía y suficiencia, sin admitir -y esto es lo paradójico- especialistas de esas cosas. Al especializarlo, la civilización le ha hecho hermético y satisfecho dentro de su limitación; pero esta misma sensación íntima de dominio y valía le llevará a querer predominar fuera de su especialidad. De donde resulta que aun en este caso, que representa un máximum de hombre cualificado -especialismo- y, por lo tanto, lo más opuesto al hombre-masa, el resultado es que se comportará sin cualifícación y como hombre-masa en casi todas las esferas de vida.

La advertencia no es vaga. Quienquiera puede observar la estupidez con que piensan, juzgan y actúan hoy política, en arte, en religión y en los problemas generales de la vida y el mundo los «hombres de ciencia», y claro es tras ellos, médicos, ingenieros, financieros, profesores, et cétera. Esa condición de «no escuchar», de no someterse a instancias superiores que reiteradamente he presentado como característica del hombre-masa, llega al colmo precisamente en estos hombres parcialmente cualificados Ellos simbolizan, y en gran parte constituyen, el imperio actual de las masas, y su barbarie es la causa inmediata de la desmoralización europea.

Por otra parte, significan el más claro y preciso ejemplo de cómo la civilización del último siglo, abandonada a su propia inclinación, ha producido este rebrote de primitivismo y barbarie.

El resultado más inmediato de este especialismo no compensado ha sido que hoy, cuando hay mayor número de «hombres de ciencia» que nunca, haya muchos menos hombres «cultos» que, por ejemplo, hacia 1750. Y lo peor es que con esos pachones del asador científico ni siquiera está asegurado el progreso intimo de la ciencia. Porque ésta necesita de tiempo en tiempo, como orgánica regulación de su propio incremento, una labor de reconstitución, y, como he dicho, esto requiere un esfuerzo de unificación, cada vez más difícil, que cada vez complica regiones mas vastas del saber total. Newton pudo crear su sistema físico sin saber mucha filosofía, pero Einstein ha necesitado saturarse de Kant y de Mach para poder llegar a su aguda síntesis. Kant y Mach -con estos nombres se simboliza sólo la masa enorme de pensamientos filosóficos y psicológicos que han influido en Einstein- han servido para liberar la mente de éste y dejarle la vía franca hacia su innovación. Pero Einstein no es suficiente. La física entra en la crisis más honda de su historia, y sólo podrá salvarla una nueva enciclopedia más sistemática que la primera.

El especialismo, pues, que ha hecho posible el progreso de la ciencia experimental durante un siglo, se aproxima a una etapa en que no podrá avanzar por sí mismo si no se encarga una generación mejor de construirle un nuevo asador más provechoso.

Pero si el especialista desconoce la fisiología interna de la ciencia que cultiva, mucho más radicalmente ignora las condiciones históricas de su perduración, es decir, cómo tienen que estar organizados la sociedad y el corazón del hombre para que pueda seguir habiendo investigadores. El descenso de vocaciones científicas que en estos años se observa -y a que ya aludí- es un síntoma preocupador para todo el que tenga una idea clara de lo que es civilización, la idea que suele faltar al típico «hombre de ciencia», cima de nuestra actual civilización. También él cree que la civilización está ahí, simplemente, como la corteza terrestre y la selva primigenia.

José Ortega y Gasset