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Sophos. Para quienes nos gusta pensar.

Sociología

Resurgimiento del Mundo Moderno. Comentarios y citas del capítulo del libro Los Juegos y los Hombres

Desde el punto de vista antropológico, la historia puede mostrarnos una gran variedad de representaciones por medio de la máscara, pero en el mundo moderno, sólo quedan dos, que es el antifaz y la máscara del carnaval. Pero en nuestro tiempo actual, que no es la Moderna, esas representaciones se han modificado y van teniendo sólo una utilidad, porque las fiestas de antifaz ya no poseen esa fuerza que tenía en su época Victoriana, y en el carnaval, parece más un desfile que un carnaval, en su sentido pleno ausente de cualquier uniforme policial para "controlar" la fiesta.

Por otra parte, el capítulo pretende mostrar la importancia social del simulacro (mimicry)  y del vértigo (ilinx) y en qué espacios se representa cada una de ellas. Por ejemplo en el carnaval hay una experiencia del simulacro, y en las ferias está el vértigo. Además, es importante en la lectura del capítulo percibir los rastros de uno en el otro, es decir, del vértigo en el simulacro de los carnavales y del simulacro en las ferias. Pero hay otro lugar que hace parte de la sociedad, y no obstante es un lugar aislado para ellos en la ciudad, cuando es la ciudad quien lo frecuenta, y es un lugar en el que expresa en un aroma único el simulacro y el vértigo, desde los que parodian a los dioses a los que se dejan hipnotizar por el vértigo, siendo, lo más particular posible, una experiencia cercana de lo sagrado que tiene de origen el significado de las máscaras. Este lugar es el circo.

Con lo anterior, espero que tengan muy en cuenta las siguientes citas de cada subtítulo de este capítulo recordando la lectura general del mismo:

Introducción:

“Por minuciosos que se desacredite la virtud, que se enrarezca su empleo, que se domestiquen o se neutralicen sus efectos, la máscara y la posesión corresponden a pesar de todo a instintos lo bastante  amenazadores para que sea necesario concederles algunas satisfacciones”

“El simulacro y el vértigo, la máscara y el éxtasis se asociaban constantemente en el universo visceral y alucinado que su colusión mantuvo durante tanto tiempo”

“En efecto, en una sociedad libre del embrujo de la pareja mimicry-ilinx, la máscara necesariamente pierde su virtud de metamorfosis. Quien la lleva ya no siente encarnar los poderes monstruosos con que ha investido el rostro inhumano”

“La propia máscara ha cambiado de apariencia… pues adquiere una nueva función, estrictamente utilitaria.”

 

La Máscara y el Uniforme:

“La sociedad moderna no conoce sino dos supervivencias de la máscara de los hechiceros: el antifaz y el máscara grotesca del carnaval”

“En un mundo en que las relaciones sexuales son objeto de múltiples prohibiciones, es sorprendente que la máscara -(antifaz, lobo), con nombre de animal raptor e instintivo- figure tradicionalmente el medio y casi la decisión ostentosa de hacer caso omiso de ellas”

“Toda la aventura se lleva en un plano de juego… en una atmósfera  y dentro de límites de tiempo que la separan de la vida corriente y que en principio la hacen sin consecuencia para ella”

“El carnaval es una explosión de licencia que… exige el disfraz y se basa en la libertad que implica”

Ahora no se trata de aventuras galantes, de intrigas tejidas y resueltas a lo largo de una sapiente esgrima verbal en que las parejas sucesivamente atacan y esquivan. Son bromas groseras, atropellamientos, risas, provocadoras, actitudes descuidadas, mímicas bufonas, incitación permanente a la algarabía, a la francachela, al exceso de palabras, de ruido y de movimiento”

“Si se enoja, queda descalificado: se niega a jugar, no comprende que las convenciones sociales han sido sustituidas de momento por otras, destinadas precisamente a burlarse de las primeras”

“Más cerca de la paidia que el ludus, simplemente permanece por entero del lado de la improvisación anárquica, del desorden y de la gesticulación, del puro gasto de energía”

 

La Feria Ambulante:

“Las ferias y los parques de atracciones, en que inversamente no se usa la máscara, constituyen en cambio los lugares de elección en que se encuentran reunidas las semillas, las trampas y los atractivos del vértigo”

“Además, en el caso de las ferias, si carácter cíclico agrega a la ruptura en el espacio cierto corte en el tiempo, que opone un momento de paroxismo al desarrollo monótono de la existencia cotidiana”

 

El Circo:

“Ese mundo cerrado y riguroso constituye el lado austero de la feria”

“La sanción decisiva, la de la muerte, está obligadamente presente en él, tanto para el domador como para el acróbata. Forma parte de la convención tácita que vincula a los actores y a los espectadores”

El Trapecio:

“…el vértigo no aparece en el trapecio tan sólo como un obstáculo, una dificultad o un peligro; por lo cual el juego de los trapecios se parta del alpinismo, del recuerdo obligado al paracaídas  de las profesiones que obligan al obrero a trabajar en las alturas”

“El vértigo constituye en el trapecio el propio resorte de proezas que no tienen más fin que dominarlo”

“los saltos se efectúan en un estado próximo a la hipnosis…Cierto, el acróbata debe calcular el impulso, el tiempo y la distancia, la trayectoria del trapecio…La conciencia es mortífera…El funámbulo sólo triunfa si está hipnotizado por la cuerda; el acróbata si está lo bastante seguro de sí para atreverse a confiarse al vértigo en vez de tratar de resistirlo”

 

Los Dioses que Parodian:

“En la mitología figura como el héroe  que mete la pata, travieso o estúpido según los casos, quien, durante la creación del mundo, estropea la obra y a veces introduce en ella un germen de muerte, mediante sus limitaciones fallidas de los ademanes de los demiurgos”

“Con filiación o sin ella, la mitología y el circo coinciden para arrojar luz sobre un aspecto particular de la mimicry, cuya función social se halla fuera de discusión: la sátira”

 

Autores Incipientes en las ciencias sociales

Autores Incipientes en las ciencias sociales

Sin ánimo de confundir, las ciencias sociales es lo mismo que una sociología. Hablar del logos en lo social, es en cuanto su necesidad del pensamiento científico. Así, por eso digo, la sociología es una ciencia social.

Como lo hemos ido trabajando, son cuatro autores los responsables de una ciencia que más que una, son varias teorías que han tenido muy en cuenta una misma preocupación: entender los cambios sociales. Es decir, así existan posiciones diferentes sobre el qué y cómo son los cambios sociales, cada una de ellas enriquecen porque no hablan de objetos, de cosas, sino de individuos entre otros individuos.

Pero hablando de ‘cosas’, hubo dos pensadores que se dieron a la tarea de demostrar que la sociología era una ciencia, y eso no está mal, cómo serlo si somos sujetos que amamos las ciencias, que buscamos un orden lógico de la salud para con la comunidad, sino que lo que determina un avance científico es el modo como interpretamos cierto avance. Resulta que Augusto Comte y Emile Durkheim determinaban el avance científico desde un enfoque cuantitativo, en el que se procedía de modo experimental, porque, en el caso particular de Durkheim las sociedad debe verse (es decir, tomarse científicamente) como un hecho social, en el que podemos observar (es decir, proceder cuantitativamente, donde el sujeto con un saber puede saber el comportamiento de lo observado). Lo que pasa es que Comte, como iniciador de la sociología, fue un poco más radical desde su idea de cómo únicamente avanzaba la ciencia: Un método universal que así como se aplicaba en las ciencias exactas, se aplicara en la sociología, por eso, en últimas, hay que construir es El Método. “El”, no uno y ya, sino uno que sirva para toda ciencia, porque para Comte no había varias, sino una, que se desarrollaba en diferentes ramas: matemáticas, biología, geometría y, por supuesto, la ciencia social.  Como estas ciencias exactas avanzan por elementos existentes, que habitan un lugar, que no hay duda que se tiene, como nadie niega que cuando alguien tiene mocos, tiene mucha tos y escalofrío, es porque es positivo (lo tiene) teniendo gripa. El método de Comte no es sólo un diseño para recoger datos, sino un elemento existente, un elemento que habita por sí y que es único para avanzar la ciencia, lo cual, en últimas, se le considera que la ciencia debe ser positivista: partir de hechos, de cosas existentes, que para lo cuantitativo, es lo que se basa en la experiencia.

Pero repitamos, ¿es apropiado asumir los actos humanos, como hechos, es decir, desde lo que se observa, y no dar el ánimo de duda de que son sólo observaciones? ¿No es acaso particular admitir que un sujeto se acerca como un observador teniendo un saber fundado para describir por ese mismo saber lo que siente, lo que piensa, lo que vive otro que no es más que otro sujeto que también interpreta? Y mucho más si se pretende que YA se tiene EL método para observarlos, siendo hasta un riesgo ético tal caracterización porque se ha definido que no hay modo de equivocación científica. Pero recuerden, eso DEL método es de Comte, ya que Durkheim no admitía tal positivismo, admitiendo que la sociología debía encontrar su método apropiado, sin olvidar, eso sí, a modo de ver este autor, que sigue siendo una ciencia que avanza a partir de la observación, sin olvidar que la sociedad son hechos observables, estudiándose como si fueran cosas. Estos hechos sociales, para Émile, son elementos externos que influyen en la conducta humana, que lo cohíben, así que sus actos dependen de esas estructuras externas que en particular se ha basado a partir de dos modelos para lograr cambios sociales: la mecánica y la orgánica. Tengan en cuenta lo que viene a continuación, porque aun seguimos con el cuantitativo Durkheim, y el introducirá un término que para nuestro presente suena muy de la voluntad humana, muy de los valores o cualidades: solidaridad. Nuestro personaje supone que lo que ha hecho que un cambio social a otro no pierda su continuidad, que ha hecho que así haya existido grandes y violentos hechos sociales en una época y otra, es la solidaridad, que no es más que una especie de dependencia pero que el mismo medio ofrece, como la mecánica y la orgánica, lo cual, por falta de tiempo y cansancio en mis manos, repasen su diferencia a partir de sus apuntes. Partiendo de esa ya clara distinción, de nuevo repito: es una solidaridad que el mismo ambiente, los mismos elementos externos hace actuar a las personas.

Y vaya complique cuando llega nuestro tercer sociólogo y nos hace la siguiente afirmación: las ciencias sociales no avanzan por medio de un empirismo (a modo muy de Comte), sino de un modo práctico. Y lo que permite esa practicidad en las ciencias sociales es no desconocer la historia, es decir, lo que se conoce como una historia comparada. Mirar la historia, pensaba Karl Marx, permite mayor análisis para comprender los cambios sociales, más cuando se admite, como Durkheim, que un elemento exterior ha hecho que nos condicionemos: la economía, la cual ha avanzado es a partir de luchas de clases, de intereses entre grupos. Y aunque admita esa dependencia por lo económico, no obstante, las ciencias sociales para lograr su fin como ciencia, es no valerse de su observación del hecho social existente, sino de la historia, una historia que depende de la narración del ser humano, del registro académico que éste siempre representa la conciencia de la clase dirigente de esa época.   Y aunque es lo económico la base del cambio social, ésta no se debe evaluar de modo pragmático, sino práctico, que, como se ha dicho ya, es conociendo la historia, para redireccionar la noción de lo económico: el desarrollo, y no ese modo, para Marx, desequilibrante de la dependencia entra la clase proletaria y el capitalista.

Así, para concluir, así existan posiciones diversas entre estos tres pensadores, hay un común: ven al sujeto como un ser atado a los elementos externos. Pero, Max Weber, no obstante, aun leyendo a Durkheim, aun leyendo a Marx, descubre que todos ellos han olvidado partir de algo importante para la sociedad: el individuo. Porque para él entender los cambios sociales desde hechos sociales, es olvidar que es la Acción Social la que logra esos cambios, una acción que no es solo un hacer, porque un hacer lo podemos lograr por el ingenio humano, sino un acción porque este representa un sentido para el sujeto. No es el hacer del niño de comportarse porque el profesor le pondrá un 0.0 si se comporta mal, sino el sentido del niño cuando tiene una acción de ayudar a su amigo al no denunciarlo ante el señor profesor que tiene el poder de registrar el 0.0. Eso tiene sentido para ese niño que es un sujeto y habita en un espacio dentro de un grupo de personas que se relacionan con él. Porque cada acción tiene un contenido de validez, una idea que le da validez al pensarla. Y lo que debe hacer más una ciencia social es el crear, desde la población misma, un Tipo Ideal en el que un grupo de personas se identifiquen a partir de sus necesidades, lo cual hará que su hacer se convierta en una acción social, de sentido para el sujeto en su rol que lo caracteriza. Y más cuando no se niega la importancia de la economía en el desarrollo humano, pero que sólo  el actor sabrá desde su conciencia social, gracias al ideal, usarla para transformarla. El miedo está cuando o el sujeto está muy ocupado para interpretar su medio o muy entretenido en un sistema que lo especializa para que sea eficiente y el valor por el sentimiento pase a ser sólo de una consideración privada, porque la burocracia para Weber no es más que reducir el hacer el hombre a un sistema que se considera eficiente para evitar errores, pero ¿qué de la urgencia, del dolor, de la emoción? ¿debe pasar por un burócrata para que nos dé permiso de llorar? Cada vez somos el medio de un sistema, y de tanto olvido de un tiempo que es subjetivo y que reside en nuestro corazón, más existirá ahora sí, la preocupación durkheniana: la anomia.